La reciente publicación de un artículo del profesor Canyelles en Diario Responsable nos ha servido para reflexionar sobre la identificación, pensábamos que superada, de la RSE con la concepción moderna de la filantropía del S.XXI. Tal y como indica Canyelles, es necesario ir más allá y dar un paso al frente proponiendo la denuncia de los malos usos de la RSE enmascaradas tras las estrategia de algunas organizaciones empresariales.

Es evidente que existe cierta confusión entre RSE y acción social lo que conlleva a considerar a la primera como un gasto añadido. Ahora bien, son muchas las organizaciones que no dedican ni un solo euro a acciones filantrópicas y, sin embargo, se muestran 100% responsables. Son pequeñas y medinas organizaciones que creen que el buen gobierno es posible y que actúan en permanente actitud de escucha activa frente/junto con sus grupos de interés dando, así, respuesta a las nuevas exigencia de explicar el proceso de materialidad y de obtención de datos que demanda el nuevo marco de rendición de cuentas de GRI4

Parece que los Nóbeles Friedman, Kramer y Yunus nos estuvieran poniendo en bandeja la necesidad de comenzar a pensar de otra forma y, como no, de actuar de otra: SOCIALMENTE RESPONSABLES