Continuación del artículo publicado en esta web el pasado 9 de octubre
Aplicado al ámbito de la producción empresarial en el marco de la RSE, se trata de aportar una visión holística y global a los principios culturales de las organizaciones. No basta con limitarse a relacionar a nuestros grupos de interés con las políticas de la compañía o, lo que es peor, a intentar maquillar nuestras acciones para hacer más amable la cara visible de nuestra empresa.
Quizás por eso la autora nos invita a la reflexión para que desde la práctica profesional de la consultoría social se produzca una productiva comunión que, en estos momentos, no se existe. La formación continua y constante en materia comunitaria que la autora proclama no sólo se limita a la formación de los profesionales de la RSE. Es evidente que el modelo ecológico requiere, no sólo la formación, sino también la implicación activa del resto del tejido profesional que trabaja en los entornos institucionales y comunitarios. Los puentes levadizos han de convertirse en puentes fijo siempre abiertos al tráfico de iniciativas y experiencias. La intención es la de eliminar las barreras que, a modo de puentes levadizos, existen en la aplicación del método ecológico en la intervención comunitaria social y responsable. Los puentes siempre tendidos garantizarán el paso entre las orillas de la intervención.
Según la autora la creación de nuevas prácticas comunitarias tiene mucho que ver con la práctica de un nuevo paradigma relacionado con otra forma de pensar y concebir la ciudad y/o las organizaciones como un continente comunitario donde la propia organización de las instituciones y entidades sea una fuente permanente de creación de recursos y posibilidades. Oportunidades y producción de capital social. Palabras complejas y polisémicas en la acción/intervención social. Si no estuviéramos hablando del modelo ecológico bien podríamos confundirlas con el argumentario de cualquier manual político, o lo que es peor, con cualquier programa electoral. Hablamos de nuevo de la originalidad en la producción de alternativas sociales comunitarias vinculadas a la cultura y a las acciones responsables de las empresas. También es cierto que me cuesta mucho trabajo pensar que si a penas sé escribir con la derecha como voy a ser capaz de llegar a emplear mi mano izquierda. Pues ahí está el error. En la mayoría de los casos nos cerramos de tal forma que capamos la oportunidad de recrear nuestras intervenciones con otra perspectiva, ni mejor, ni peor, simplemente diferentes.
Por todo lo anterior, hemos de reconocer que aunque posicionados a años luz de este nuevo paradigama intentaremos tenerlo muy presente en los enfoques de las futuras actuaciones profesionales de ACOMPAÑA.
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