DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO SOCIAL

Hace casi un año que falleció una persona a la que tenía especial cariño. Entre otras muchas cosas me enseñó que debemos celebrar cada minuto de nuestra vida. Que nuestra posición privilegiada en la historia de la humanidad era la consecuencia del esfuerzo de incontables generaciones de humanos que nos han precedido y que por ello, deberíamos estar eternamente agradecidos y dispuestos a celebrar lo que somos.
Celebrar es conmemorar, es festejar, es también aplaudir algo. Celebrar que soy Trabajador Social es celebrar que soy ciudadano, que soy parte de, que pertenezco a, que soy participante de la construcción de nuestra profesión. Como indica mi admirado profesor Ferreira, ser Trabajador Social; ser profesional de la ayuda, significa necesariamente formarme como persona para poder establecer una relación con el sujeto. Ser Trabajador Social requiere de una formación teórica que me permita sistematizar el plano del acompañamiento y de la intervención para la resolución de los problemas que plantea el sujeto. Ser Trabajador Social, precisa de la formación técnica que me permita manejar y dominar las herramientas metodológicas adecuadas para dar respuestas eficaces a las demandas del sujeto.
El Trabajo Social, merece la celebración de, me atrevería a decir, una puesta de largo. Somos una ciencia novel, a la que se le acaban de caer los dientes de leche y se le está conformando la dentadura del adulto.
En el ámbito de nuestra carrera profesional el TS ha estado estrechamente vinculado a la producción de servicios institucionalizados de los Servicios Sociales. Este canal de producción de nuestra actividad, por suerte, no es el único y el desarrollo futuro de nuestras carreras profesionales, pasarán por la desvinculación de la profesión a la tutela del papá Estado. En tiempos de oportunidades como en los que nos encontramos, las capacidades de generar acciones creativas ligadas a la escucha activa y al acompañamiento son los valores pujantes de nuestra incipiente marca productiva.
El Trabajo Social entendido como un medio de vida puede y debe desarrollarse en todos los ámbitos de la vida social y económica. Afortunadamente para nosotros las fuentes de las que hemos bebido para lograr la sistematización de nuestra práctica profesional nos otorga la capacidad de análisis desde diferentes perspectivas todas válidas para actuar en la vertiginosa sociedad red en la que vivimos.
El TS tiene que celebrar, porque puede hacerlo, que somos una profesión cosmopolita de pensamiento y abierta al mundo de la responsabilidad social. El TS, celebra, porque puede hacerlo, la profesionalización de la ayuda.
A todas las personas que hacemos Trabajo Social os deseo muchas felicidades.

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